Arrancar una startup es una aventura apasionante. El hecho de crear algo a partir de una idea propia puede hacernos caer en el error de no aceptar ayuda profesional. O bien, tomar malas decisiones en varios aspectos críticos de nuestro proyecto.

Emprender, también es aprender. Así que vamos a intentar repasar los errores más comunes al arrancar una startup. Lo importante no es ejecutar tu idea, es que se mantenga en el tiempo. ¿Despegamos?

Arrancar una startup en solitario

La unión hace la fuerza. Es cierto que hay casos en los que se está solo frente al reto de arrancar una startup, pero lo ideal es tener un socio o un equipo pequeño. De esta manera, cada uno podrá aportar diferentes puntos de vista y experiencia en las áreas donde tengan más conocimientos.

No prestar atención al marketing

Al arrancar una startup, el presupuesto es una de las mayores preocupaciones. Por esta razón, se cae en el error de no invertir un mínimo en marketing. El marketing puede ser un poco caro, pero normalmente esa inversión vuelve a nosotros con creces. Es un pequeño esfuerzo que merece la pena.

Arrancar una startup con un nicho pequeño

Al comenzar se tiene miedo a tener demasiada competencia y por eso nos centramos en nichos pequeños.  Ya tendrás tiempo de segmentar y afinar tu público objetivo creando variedad de productos y servicios. Al principio es mejor pensar en grande.

La ausencia de un plan B

Arrancar una startup conlleva un riesgo. Por esta razón siempre tenemos que tener un plan B. Está claro que no podemos prever todas las situaciones, pero debemos tener planes de contingencia para el caso de que aparezcan gastos imprevistos o de que nuestro público no responda como esperamos.

Tener expectativas demasiado altas al arrancar una startup

Facebook solo hay una. Hay cosas que solo pasan una vez de cada millón. Tenemos que ser realistas en este aspecto al pedir financiación para que la viabilidad del proyecto y su sostenibilidad no se vean comprometidas.

En este apartado debemos tener en cuenta también el factor anímico. No debemos esperar resultados a corto plazo. Puede que nuestro negocio vaya bien, pero nuestra percepción sea diferente. Hay que saber en qué punto estamos para no desesperarnos.

No medir los resultados y dormirse en los laureles

Tanto si va mejor como si va peor, hay que tener toda la información posible para analizar la situación. En caso de tener una web, hay que estudiar de donde vienen las visitas, cuando son más numerosas, etcétera.

En el caso de que todo vaya bien, ¿por qué no mejorar? La evolución de tu empresa y la mejora constante deben estar siempre presentes. De hecho, la predisposición a la mejora hará que te puedas adaptar más fáacilmente a los cambios.

No tener feedback

Estamos en un mundo globalizado en el que la relación entre empresas y consumidores es constante y muy cercana. Hay que saber usar las redes sociales para conseguir ese feedback que hará que tu empresa evolucione y crezca no sólo más fa´cilmente, sino de un modo mucho más orgánico.

Emprender no es una tarea fácil, pero evitando estos errores allanaremos el camino. Debemos, no obstante, dejarnos aconsejar por profesionales que nos ayudarán en nuestros proyectos. ¡No dudes en arrancar una startup!

 

 

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