Independientemente de cuáles sean las causas de cese de la actividad de una sociedad, lo cierto es que la ley establece la obligación de disolver una sociedad inactiva pasado determinado periodo de tiempo. Veamos cuál es la lógica detrás de esta obligación.

¿Por qué se mantiene una sociedad inactiva en lugar de disolverla?

Razones por las que no se disuelve la sociedad

 

Existen todo tipo de motivos para optar por el cese de actividad de una sociedad sin proceder a la disolución de la misma. Estos son los más comunes:

Evitar trámites engorrosos

No son pocos los empresarios que desean evitar todos los trámites que deben llevarse a cabo para dar de baja una sociedad. Recordemos que esta operación requiere de escrituras, intervención notarial, inscripciones registrales y mucho papeleo muy poco atractivo.

Motivos económicos

A veces no es la pereza por realizar los trámites mencionados. Puede que el culpable sea el impacto económico de los mismos. Sobre todo en el bolsillo de un empresario que, ya de por sí, no se encuentra en su mejor momento. Para no hacer frente a los gastos de disolver una sociedad, se la deja inactiva.

Desconocimiento

Algunos gestores desconocen que, de hecho,  dar de baja una sociedad conlleva determinadas obligaciones.  No es extraño encontrarse con empresarios mal asesorados. Estos creen que dar de baja una sociedad es lo mismo que quedar liberado de todas las obligaciones asociadas a la misma. Esto conlleva graves riesgos. Sobre todo en los casos en los que se presume que la baja de la sociedad implica la extinción de deudas con la Agencia Tributaria. Nada más lejos de la realidad. De hecho, si la inactividad se aprueba y existen dichas deudas, las mismas pueden resultar en responsabilidad para los administradores. Así lo establece el artículo 43.1.b de la Ley General Tributaria

Porque siempre queda la esperanza

Pero no todos los empresarios tienen motivos oscuros para cesar la actividad en sus empresas. Algunos simplemente creen, de buena fe, que vendrán tiempos mejores y que podrán retomar esa actividad con mejor suerte en el futuro

La obligación de disolver una sociedad inactiva

Sin embargo, sean cuales sean los motivos para dar de baja una sociedad, llega un momento en que la ley obliga a disolverla. Esto vale tanto para quienes deseaban ahorrarse los trámites o gastos. Y también para los que esperaban retomar sus actividades empresariales.

La ley establece esta obligación de disolver una sociedad inactiva siempre que dicha inactividad haya durado más de un año. A partir del plazo de un año la sociedad inactiva incurre en causa de disolución.

En caso de faltar a la obligación de disolver una sociedad inactiva puede suceder algo tan gravoso para su administrador como que pase a ser responsable solidario, junto con la sociedad, de las obligaciones de la misma. Es decir, que todos los acreedores, públicos o privados, podrán exigir al administrador las deudas que la sociedad tenía frente a ellos.

En definitiva, si deseas estar bien informado de las obligaciones de tu sociedad inactiva y de las consecuencias que puede traerte en el futuro, como la obligación de disolver, te recomendamos que te pongas en contacto con nosotros. Si por el contrario deseas adquirir una sociedad inactiva, también te asesoraremos.

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